Cuervo
José Angel Cuervo González, nació en el barrio de Finares, en Naveces, el 16 de mayo de 1957. Fue el primer hijo de Constante Cuervo Pontiga, y María de los Ángeles González Fernández. En el momento de su nacimiento, estaba en casa de sus abuelos paternos en Finares, y cuando tenía quince meses, sus padres y él, se fueron a casa de sus abuelos maternos, en el barrio de la Parra, Naveces. Tuvo tres hermanos más. Sus padres vivían del sonado, algo de labranza. Su padre Constante, trabajaba en la antigua compañía asturiana de Zinc antigua, y su madre era de las carboneras, es decir, las mujeres que recogían el carbón que sacaba el río Nalón a las playas contiguas. Su padre, de aquella, cobraba muy poco, y eran muchos en la familia, como se hacía antes, después de clase, ayudaba a su padre o a su madre, es decir, al que lo necesitase más. Fue a la escuela pública de Naveces, donde llegó a ir dos cursos más avanzados a los de su edad. A los catorce años, su profesor lo animó a presentarse al examen de acceso para entrar en la Universidad Laboral de Gijón. Aparte de su inteligencia, tenía a su favor el hecho de ser familia numerosa. Guardaba muy buenos recuerdos de esa época. Solo tuvo que llevar un lápiz, y en aquel lugar le dieron hasta la ropa. Los profesores eran frailes jesuítas, las cocineras, eran las monjas. A parte de cocinar, se encargaban de la organización de la residencia. Eran monjas de la congregación de Santa Clara (Clarisas). Cuervo, resaltaba a menudo, lo bien que se comía allí y se acordaba con cariño de cuando iban al cine de la universidad.
Lo único que recordaba con mucho respeto, era que les metían en la cabeza que con catorce años ya eran unos hombres, y que era el hombre, el que tenía que trabajar para mantener a la familia, es decir, una idea bastante machista. En la universidad, se sacó el título de profesor ajustador, y no pudo seguir estudiando, porque había que ayudar en casa. En aquellos años, esto ocurría en la mayoría de las familias. Si él hubiera podido continuar con sus estudios, le habría gustado estudiar medicina, y especializarse en trasplantes.
Hizo el servicio militar en Tenerife, en 1978. Se casó el 28 de junio de 1980. Tuvo dos hijos y una hija. Su vida laboral, aparte de las tareas domésticas, empezó en un pequeño taller en Avilés. También estuvo trabajando como reparador de barcos que entraban a puerto para descargar. Igual pasaban días sin volver a casa para poder terminar las reparaciones. Después de esto, en los ochenta, hubo años muy malos y estuvo tirando madera y haciendo jardines en una casería. Se negó a ir a la siega a Castilla. En el año 1988 empezó en IMSA, (Ingeniería y Montajes S-A), su primer trabajo fue en las Palmas de Gran Canaria, donde estuvo varias veces hasta que la empresa dejó de hacer trabajos allí. Su trabajo era muy minucioso y perfecto, algo que le llevó a ser muy perfeccionista. Había muchas empresas y jefes de obra. La empresa eligió que el ajustador principal fuese Cuervo. También era, y es hoy en día muy querido por todos los que trabajaron con él. Pedro Carús (otro ajustador) le dijo a Camino (la que fue su pareja desde el 19 de marzo del 2008, hasta el final.): "Cuervo es único y es el mejor en motores, molinos, ventiladores… Que tiene la empresa, fue una gran persona en todas sus facetas, aunque muy necio"
Estuvo trabajando en las Palmas, Huelva, Palma de Mallorca, Murcia (Cartagena), Puertollano, Sevilla, Cáceres, Teruel, Barcelona, Bilbao, León, Santander, Ponferrada, A Coruña, Pontevedra, Toledo, Madrid, Lérida, Gerona, Andorra, Chile y Asturias. En esta última, estuvo trabajando en varias empresas como: Química del Nalón, Trubia, Fábrica de armas, Arcelormittal, Baterías de COE, Asturiana de Zinc, Chemastur, Dupon, térmica Soto la barca, térmica soto la Ribera, térmica Aboño, Cementos Tudela Veguín y Papelera de Navia.
En febrero del 2010, le propusieron un trabajo en Chile. Todos los que fueron escogidos para ese puesto tuvieron que hacer un examen, el cuál solo lo pasaron tres.
Cuervo; cómo especialista en mecánica pesada, Sierra; cómo jefe de equipo y su hermano, Corsino; cómo jefe de obra.
Primero se fue él, a principios de marzo, busco un piso en la zona de Chile fronteriza con Perú.
Al mes, volvió a España a buscar a Camino. Allí, estaban haciendo una térmica, en un pueblo costero. El estuvo diez meses viviendo en Chile. Fue un gran cambio, tanto cultural como social. Allí hizo muy buenas amistades.
Cuando su suegra falleció, tuvo que retomar en España, el trabajo que realizaba en Chile.
En el 2012, le diagnosticaron una leucemia de lenta evolución, no podía entrar en ningún lugar en el que hubiera químicos. Por los múltiples problemas sanguíneos que él padecía, no pudo ir a trabajar a Madrid, es más, le dieron de baja durante un año. Estuvo trabajando en el almacén de IMASA que estaba en Avilés.
En 2016, decidió cambiar de un piso a una casa en Gijón, donde talló su primera obra, (en piedra) que fue la cara de su pareja. Por lo tanto, su afición por el tallaje empezó como un hobbie para matar el aburrimiento. Su primera obra tallada en madera fue el nombre de Camino y una imitación de las letronas de Gijón.
A los 61 años, le pre jubilaron, ya vivía en Peón, donde se rodeó de una familia que lo acogió como a un miembro más de ella.
El siete de diciembre, a los 66 años, falleció en el hospital de Cabueñes, dejando a todos sus seres queridos con un gran vacío. En especial, a Alba, a la que siempre trató como a una nieta. Todas sus obras, se encuentran en Peón, su hogar.